Madre...

La bóveda celestial, ha llamado a un ángel,
mientras la noche ocultaba con su manto estrellado,
el puerto,
y el mar al otear a ese ángel, ascender al cielo.
Comenzo a llorar su alejamiento,
al oír las olas su llanto lacrimoso,
empezaron a entonar su nombre,
al compás del viento,
dándole con suelo al mar.
Al mismo tiempo el mar,
lloro su ausencia,
el eco de mi voz te llama,
mas nadie la escucha,
solo las gaviotas en su vuelo
dicen shhhh,
ella duerme,
Yo digo con mi voz entrecortada,
yo la necesito para volver a reír,
Como cuando nos cojiamos de la mano,
donde dibujabamos el arco iris,
los matices en mil colores,
así borrando los sin sabores de la vida.
Cayó la noche con su manto estrellado,
y entre ellas,
hay una diferente,
que brilla con luz tenue pero intensamente,
iluminado el firmamento,
que a sus pasos descansa,
esa luz es su sonrisa,
para en remenbranza,
decirnos que aun nos miras,
que nos guias por el camino de la vida...
Allí donde te encuentres, Madre,
dibujando los sueños,
y anhelos de los que siempre te aguardaremos,
en recogimiento,
en nuestro corazón.
Madre sigue sonriendo,
así sabrás que siempre me miraras...María

Estas en mi...

En ti despojare la mirada mas sigilosa,
con la fraternal evidencia de  que somos dos,
mas hablaremos de todo mi pasado,
por aquel que no vareaste por mi orilla,
ni en callejas dormidas.
Por ti clamare colores al cielo,
dibujar mis pies en isletas,
para alcanzarte,
 hoy,
robare cada matiz del cielo,
pintare una huella,
un sendero que desemboque en ti.
Desapareceran los miedos,
de volar alto,
y crear un arco iris,
para así brillar.
Sobre tus alas,
desmesuradas que me laten.
Como la flor que descansa,
sobre la rama partida.
como el eco que se acerca a lo eterno,
 y muere en el silencio.
Me cuidaras cuando no estés a mi lado,
soy un libro que en blanco rotó,
espera a ser leído.
contigo me puedo rubricar.
Los miedos desaparecerán,
al volver la mirada atrás,
creando un arco por el que pasar,
el deseo volverá,
sentirás mis manos,
sobre tus manos que me cobijaran,
y, mientras tanto, yo pronunciare
Te amo...
Tu seras mi cura para florecer de mis sentidos,
Desaparecerán los miedos,
y estarás a mi lado.
Atravesando la distancia en el tiempo,
me tendrás cobijando tus alas,
que nos llevan cual olas,
océanos que se alejan,
varear en la misma orilla,
donde juntos,
luz diurna,
poder alcanzar.
Devolvere cada color al cielo azul,
pues te siento amor,

en mi paleta de pintor...María

besos...

Besame cual veladura en tus labios hayare,
Tus labios se engendran en fuego con los mios.
Y solo siente que ese fuego,
no deja de prender en los recuerdos,
aun latentes.
Abrazame de tal manera,
que nuestros cuerpos se unan en una sola alma.
Y simplemente piensa que esa alma,
es mas fuerte que todo.

Mirame, pues tu mirada impregna la mía,
hasta ondear en mi corazón,
y solo siente ese corazón,
te amara siempre con devoción...María

fusion...

Nos fusiono el amanecer con sus risas!
En las rondallas del sol naciente,
melodías de ocres y naranjas.
Bailes de nuestros cuerpos desnudos:
rojos y azabaches.
El aroma de la luz ere bendición:
música de confines,
espacio de un paisaje,
Rojos azabaches.
Chasquido de melodías.
Era un canto soleado eterno,
y un abismo en la dicha del ser,
en la alegría loca de los silencios.
Melodías de ocres en la clemencia,
de los caminos vareando,
las aguas del silencio,
rompieron en suaves danzas!
Ventura de los brazos y los besos a su paso;
Toda la bendición de la vida.
En nuestros pechos agitados y ligeros;
nuestros cuerpos madrugadas y ocasos,
en la alegría desquiciada,
de los vientos y su melodía.
El corazón del universo en nuestros labios!
se preciso...María

azul

Rememorar tu recuerdo es azul,
como ir vagando en silencio,
por un bosque de ocres remenbranzas,
que me abrazan,
florecen jardines en mis palabras,
y en mis nubes por tus sueños camino.
Nos une y nos separa,
un viento seco,
una distancia de melancolía,
atajos sin medida.
Yo alzo los brazos de mi poesía,
de ayanar el camino,
de alcanzarte en tu mirada perdida.
azul de tus cálidos abrazos,
azul de ti,
dolido y callado,
Es como un horizonte de arpas,
o un sutil llanto de jazmines,
pensar en ti,
de azul nostalgia,
El mundo se me vuelve cristal,
y te miro,
entre candiles de trino,
azul domingo de mi atoramiento,
creado de un mirlo hayado,
de un silencio que dulcifica,
mi alma,
mas me quiebra...María

el amor...

El amor,
no se dice se
hace,
quede corroída en el dolor ,
y unas manos,
cruzaron el umbral de mi deseo,
de mis labios,
Ahora se,
que el amor no se dice se hace,
se goza de el y se respira,
Anhelante es la espera,
que traspasa el umbral de las palabras,
ebria de amor,
palpitantes son mis latidos,
claros y mudables,
que embellecen a tu paso,
pues el amor no sabe de di res y di retes,
Como estremecedora respuesta,
alzo el vuelo,
por escalinatas, palacios de cuentos,
donde pacer,
al arrullo de tus palabras,
Agazapada y adormecida,
por el balanceo de esas olas,
que a nuestro lado dormitan silenciosas,
ensimismada y atorada,
rompiose mi ala,
Mi llanto desprendiose,
de un dolor enajenado,
Bagatelas,
horizontes de un mañana,
perdiéndome en tu mirada,
sintiéndome mujer,
un día mas,
limpiarme con tus labios las lágrimas,
sumisa y dócil,
caigo en tus brazos,
alborada de caricias,
ajenas a esa lejanía,
caminar en esencia,
diluida de volver a amar,
engastada de silencios,
adormezco en vuelta,
en incontenible llanto,
de quien ama a oscuras,
presenciando la sonrisa,
de quien brota,
de la bruma y la brisa ...María

un latido...

Abrumada por el deseo,
de yacer en tus brazos,
estremecía mi piel,
a tu paso,
mis piernas temblorosas,
allí se mecían,
en un baiben de olas,
te sentía adentro mía,
un suspiro cual bahía,
de mis sueños de poesía,
Necesito decir lo que sentí,
en tu latido apesadumbrado,
cual es el mio,
como quien mira,
estampas de un libro sin leer,
Excitada y satisfecha,
de merecer,
un cuerpo en espera,
de sentir el fuego,
que atrapaba en mi interior,
la llama del deseo,
ardió,
se hizo mujer,
la respuesta del corazón,
te cobije con mis brazos,
cuajada de latidos,
al uní son,
de un relog del destino,
desnude tu torso dormido,
gozo y jubilo,
quedaron impregnados en mis labios,
sirena de un mar,
que atisba en la distancia,
depurada tu mirada,
enclavada en mi alma,
suspendida en mi cielo,
enamorada de las palabras,
de un nombre,
de una melodía,
de el silencio,
tras la alcoba,
pues se arremolina,
un suspiro en lejanía,
sembrar semilla en tu ser,
dejar pacer,
cual almohada de plumaje suave,
una colcha de besos,
alineados de deseo,
de sentir cual ola,
en movimiento,
Miro extasiada el linaje del verbo amar,
de tu mirada,
posada en mi retina,
tu caminar por mis ojos,
descalzos hacemos el recorrido,
en silencio,
comedidos,
y un susurro,
que se torna huidizo,
reflejo del amor sentido,
de pacer cual lobo en su nido,
a tu lado mi latido,
se ciernen en procesión,
a la luz de la luna,

las palabras de amor... María

Te siento...

Lluvia,
velero que se desliza por el agua gris de mi pupila,
así te siento,
fluir en mi alma cada día,
te siento,
en mi despertar en sintonía con los sueños,
que un día hiciste tuyos,
te siento,
en el latido de mi corazón,
roído por el tiempo,
te siento,

cuando aleteas y me aupas y me subes,
mas no me dejas caer,
te siento en cada beso y caricia,
en cada silencio y espera,
dejame que te diga
lo que mi alma grita,
inspiración en poesía,
un cuadro en mi retina,
Abstraída y silenciosa,
me paseo por la memoria de las rosas,
como bálsamo que me reconforta,
te siento en el agua,
en la nostalgia,
en mis ojos vives almacenado,
cual preciado milagro,
te siento en cada partitura,
de una melodía compartida,
te siento pacer en mi regazo,
cada noche,
todos los días de mi vida,
te siento y de sentir tanto,
muero a cada rato...María